sábado, 20 de abril de 2013

Editorial


“Me pareció el colmo del "caradurismo". Unión Afirmativa lleva años intentado impulsar el matrimonio igualitario en Venezuela. Esa es su bandera desde hace años y ahora resulta que su ineptitud e ineficacia es culpa de los grupos LGBT chavistas. Bárbaro. Los demás son los responsables de que ellos no hayan logrado NADA en más de una década. Afortunadamente en el país hay organización es más efectivas que Unaf”.

Caradurismo: Actitud propia de las personas que actúan con descaro y sin vergüenza.
Estimado Jorge (Durán) : Sin el ánimo de caer en dimes y diretes, cosa que toda la vida nos ha parecido estéril, sí queremos responder a tus señalamientos, a nuestro modo de ver, algo “ligeros” y ciertamente injustos, con respecto a nuestra actuación pública. Es cierto que fuimos hasta hace poco la única organización dedicada exclusivamente a la promoción de la igualdad absoluta de las parejas de igual sexo en Venezuela (ahora tenemos también a “Igualdad Venezuela”, que inició una exitosa campaña de fotos en Facebook y busca apoyo de profesionales en diversas áreas).

En 2008 conseguimos la única sentencia sobre derechos LGBTI disponible en Venezuela. Esa sentencia (190, del 28/02/08) establece las “reglas de juego” con respecto a los derechos de las parejas de igual sexo en Venezuela.

Posteriormente, sentencia en mano, participamos en la primera discusión de la ley entonces llamada “ de Igualdad y Equidad de Género”. En esa oportunidad, entre gallos y medianoche, como a ti mismo te consta que ha pasado en este país durante tanto tiempo, nos excluyeron. Y la diputada PSUV Marelys Marcano, no conforme con habernos sacado, apareció en un acto público jurándole a una representación de la religión evangélica en Venezuela, que no aprobarían la protección legal de nuestras familias. Al parecer, dicha diputada profesa esa religión.

En 2010, acudimos a la Comisión de Asuntos Indígenas de la Asamblea Nacional, junto a Venezuela Diversa, para proponer la inclusión del principio de no discriminar a las personas por su orientación sexual. Presentamos una propuesta muy completa, fruto de un trabajo exhaustivo. Hablamos con diputados de la Comisión. Se nos dijo que “como era posible que pretendiéramos prohibir la discriminación en el acceso a servicios, con tantos problemas tan serios que teníamos”. Esa fue solo una mínima parte de nuestra propuesta, que constaba de más de 70 páginas. Luego, por los medios de comunicación, nos enteramos que la diputada del PSUV, Nohelí Pocaterra había negado la protección de la orientación sexual porque “ese problema no lo tenemos en nuestras poblaciones autóctonas” (se refería a la diversidad sexual como “ese problema”).

También te consta que en febrero del 2011 presentamos, junto a otros grupos de la Diversidad, entre ellos varios revolucionarios, una propuesta conjunta de protección legal de nuestros derechos fundamentales, recibida por la Junta Directiva de la Asamblea Nacional, de la cual no hemos sabido nada hasta ahora. Sin embargo, fue notorio que durante la reunión el diputado Aristóbulo Isturiz nos animara a “convencer al país” de reconocer nuestras reivindicaciones, antes de ellos asumir su responsabilidad de legislar. Después de eso tratamos de reunirnos con el entonces presidente parlamentario, Fernando Soto Rojas y él, después de haber hecho esperar por más de seis horas a grupos que acudieron de todo el país,  más de sesenta personas, resistió y rechazó un compromiso de legislar para protegernos.

En 2011,  el CENSO Nacional, a instancia nuestra, incluyó en su estadística a las parejas de igual sexo convivientes en el mismo domicilio censal. Por primera vez también en nuestro país. Lamentablemente, el INE no quiso darle toda la difusión necesaria a ese hecho (que por primera vez se contaría a las parejas de igual sexo convivientes), lo cual generó un importante subregistro. ¿Por qué el INE eligió ese camino de no difundir su propio trabajo? Nos consta y podemos probar que fue por la homofobia de algunas y algunos funcionarios de ese órgano. A la fecha, aún no conocemos la cifra definitiva y total de parejas censadas.

Tenemos más de diez años dando talleres a cuerpos policiales (más de 3.000 funcionarias y funcionarios capacitados), en varias entidades federales. También a juezas y jueces, al ministerio público, defensores y defensoras públicas. Yo mismo asesoré como contratado a la Defensoría del Pueblo sobre protección de derechos LGBTI. Di entonces más de 20 talleres en los distintos consejos de Derechos Humanos de toda el Área Metropolitana de Caracas. En la Universidad Bolivariana y en la Misión Sucre.

En cuanto al matrimonio igualitario, después de tantos años de activismo, me llama la atención que aún no entiendas que no se trata solo de nuestra voluntad, ni de nuestra capacidad institucional para lograr nuestros objetivos. Se trata también del entorno. Y parte importante de ese entorno ha sido la homofobia institucional que tú mismo has denunciado en tantas ocasiones.

Nos señalas como “de la oposición”. Nos preocupa  ese aspecto de tu texto, ya que nuestra actividad jamás se ha visto ni condicionada ni mediatizada por las opiniones políticas de ninguno de nuestros miembros activos. Cuando nos hemos visto en la situación de exigir respeto, lo hemos exigido a ambos lados del debate político por igual. Y hemos sido inquebrantables en ello. De otra parte, haces ese señalamiento como si fuera algo negativo o estigmatizante, desconociendo la protección constitucional expresa de la diversidad política e ideológica vigente en nuestro país.

Reconocemos nuestras limitaciones y nuestros errores, que nos han impedido, en parte, alcanzar nuestro objetivo.

Por último, en lo personal, lamentamos muchísimo que después de tantos años de tratarnos, y de trabajar en cosas juntos, no seas capaz de discernir nuestro talante ético. Decir a alguien “caradura” es presumir su mala fe. Y nuestra motivación principal ha sido siempre servir. Te consta nuestro interés por unir y por conseguir resultados, más allá de cualquier tipo de diferencias.

 Estimado Jorge: eres periodista. Manejas un medio con mayor o menor cobertura y alcance. Ese poder implica responsabilidad. Sobretodo responsabilidad con la verdad.

 

José Ramón Merentes Correa

Coordinador General