“Me pareció el colmo
del "caradurismo". Unión Afirmativa lleva años intentado impulsar el
matrimonio igualitario en Venezuela. Esa es su bandera desde hace años y ahora
resulta que su ineptitud e ineficacia es culpa de los grupos LGBT chavistas.
Bárbaro. Los demás son los responsables de que ellos no hayan logrado NADA en
más de una década. Afortunadamente en el país hay organización es más efectivas
que Unaf”.
Caradurismo: Actitud
propia de las personas que actúan con descaro y sin vergüenza.
Estimado Jorge
(Durán) : Sin el ánimo de caer en dimes y diretes, cosa que toda la vida nos ha
parecido estéril, sí queremos responder a tus señalamientos, a nuestro modo de
ver, algo “ligeros” y ciertamente injustos, con respecto a nuestra actuación
pública. Es cierto que fuimos hasta hace poco la única organización dedicada
exclusivamente a la promoción de la igualdad absoluta de las parejas de igual
sexo en Venezuela (ahora tenemos también a “Igualdad Venezuela”, que inició una
exitosa campaña de fotos en Facebook y busca apoyo de profesionales en diversas
áreas).
En 2008 conseguimos la
única sentencia sobre derechos LGBTI disponible en Venezuela. Esa sentencia
(190, del 28/02/08) establece las “reglas de juego” con respecto a los derechos
de las parejas de igual sexo en Venezuela.
Posteriormente,
sentencia en mano, participamos en la primera discusión de la ley entonces
llamada “ de Igualdad y Equidad de Género”. En esa oportunidad, entre gallos y
medianoche, como a ti mismo te consta que ha pasado en este país durante tanto
tiempo, nos excluyeron. Y la diputada PSUV Marelys Marcano, no conforme con
habernos sacado, apareció en un acto público jurándole a una representación de
la religión evangélica en Venezuela, que no aprobarían la protección legal de
nuestras familias. Al parecer, dicha diputada profesa esa religión.
En 2010, acudimos a la
Comisión de Asuntos Indígenas de la Asamblea Nacional, junto a Venezuela
Diversa, para proponer la inclusión del principio de no discriminar a las
personas por su orientación sexual. Presentamos una propuesta muy completa,
fruto de un trabajo exhaustivo. Hablamos con diputados de la Comisión. Se nos
dijo que “como era posible que pretendiéramos prohibir la discriminación en el
acceso a servicios, con tantos problemas tan serios que teníamos”. Esa fue solo
una mínima parte de nuestra propuesta, que constaba de más de 70 páginas.
Luego, por los medios de comunicación, nos enteramos que la diputada del PSUV,
Nohelí Pocaterra había negado la protección de la orientación sexual porque “ese
problema no lo tenemos en nuestras poblaciones autóctonas” (se refería a la
diversidad sexual como “ese problema”).
También te consta que
en febrero del 2011 presentamos, junto a otros grupos de la Diversidad, entre
ellos varios revolucionarios, una propuesta conjunta de protección legal de
nuestros derechos fundamentales, recibida por la Junta Directiva de la Asamblea
Nacional, de la cual no hemos sabido nada hasta ahora. Sin embargo, fue notorio
que durante la reunión el diputado Aristóbulo Isturiz nos animara a “convencer
al país” de reconocer nuestras reivindicaciones, antes de ellos asumir su
responsabilidad de legislar. Después de eso tratamos de reunirnos con el
entonces presidente parlamentario, Fernando Soto Rojas y él, después de haber
hecho esperar por más de seis horas a grupos que acudieron de todo el
país, más de sesenta personas, resistió y
rechazó un compromiso de legislar para protegernos.
En 2011, el CENSO Nacional, a instancia nuestra,
incluyó en su estadística a las parejas de igual sexo convivientes en el mismo
domicilio censal. Por primera vez también en nuestro país. Lamentablemente, el
INE no quiso darle toda la difusión necesaria a ese hecho (que por primera vez
se contaría a las parejas de igual sexo convivientes), lo cual generó un
importante subregistro. ¿Por qué el INE eligió ese camino de no difundir su
propio trabajo? Nos consta y podemos probar que fue por la homofobia de algunas
y algunos funcionarios de ese órgano. A la fecha, aún no conocemos la cifra
definitiva y total de parejas censadas.
Tenemos más de diez
años dando talleres a cuerpos policiales (más de 3.000 funcionarias y funcionarios
capacitados), en varias entidades federales. También a juezas y jueces, al
ministerio público, defensores y defensoras públicas. Yo mismo asesoré como
contratado a la Defensoría del Pueblo sobre protección de derechos LGBTI. Di
entonces más de 20 talleres en los distintos consejos de Derechos Humanos de
toda el Área Metropolitana de Caracas. En la Universidad Bolivariana y en la
Misión Sucre.
En cuanto al matrimonio
igualitario, después de tantos años de activismo, me llama la atención que aún
no entiendas que no se trata solo de nuestra voluntad, ni de nuestra capacidad
institucional para lograr nuestros objetivos. Se trata también del entorno. Y
parte importante de ese entorno ha sido la homofobia institucional que tú mismo
has denunciado en tantas ocasiones.
Nos señalas como “de la
oposición”. Nos preocupa ese aspecto de
tu texto, ya que nuestra actividad jamás se ha visto ni condicionada ni
mediatizada por las opiniones políticas de ninguno de nuestros miembros
activos. Cuando nos hemos visto en la situación de exigir respeto, lo hemos
exigido a ambos lados del debate político por igual. Y hemos sido
inquebrantables en ello. De otra parte, haces ese señalamiento como si fuera
algo negativo o estigmatizante, desconociendo la protección constitucional
expresa de la diversidad política e ideológica vigente en nuestro país.
Reconocemos nuestras
limitaciones y nuestros errores, que nos han impedido, en parte, alcanzar
nuestro objetivo.
Por último, en lo
personal, lamentamos muchísimo que después de tantos años de tratarnos, y de
trabajar en cosas juntos, no seas capaz de discernir nuestro talante ético. Decir
a alguien “caradura” es presumir su mala fe. Y nuestra motivación principal ha
sido siempre servir. Te consta nuestro interés por unir y por conseguir resultados,
más allá de cualquier tipo de diferencias.
Estimado Jorge: eres periodista. Manejas un
medio con mayor o menor cobertura y alcance. Ese poder implica responsabilidad.
Sobretodo responsabilidad con la verdad.
José Ramón Merentes Correa
Coordinador General